Columpio
¿Te sientes insegura en ese frágil balanceo cuando te amo? No pierdas la volatilidad que te caracteriza. Lo que permite tu apoyo no es la soga que tensa tus pies. Al otro lado, en la oscuridad, mis manos te sujetan. Son un soporte invisible que tú agradeces. Mi cuerpo permanece rígido para contraponer fuerzas. Yo te ayudo a que tu edificio sea grácil. Tu tersura aérea no cesa. Izquierda, derecha, izquierda, derecha. Mis manos procuran el suave bamboleo de tu figura. Mientras, tus cabellos se vuelan. Mientras, tu rostro me roza. Mientras, tu boca se vuelve toda aliento. Mientras, tus ojos se pierden.