Habitados

(Leopoldo Pomés)


Desprovéete de tu calzado. Sobra todo lo que te cubre. Eso le dice él a ella. Libérate de tu ropaje. Déjame palparte tal cual eres. Eso le dice ella a él. La tarde se ciñe de una espuma de nubes. El silencio de los hombres y de los quehaceres es total. De pronto el cielo clama y la lluvia arremete contra la casa. Ambos están desnudos. Cierran las ventanas y escuchan el chasquido del agua contra los cristales. Los amantes se acercan. Se aman a dos bocas. Los amantes se miran. Se quieren a cuatro pupilas. Los amantes se tocan. Se desean a veinte dedos. Los amantes callan. Hablan sus sexos por ellos. Y sienten que sus cuerpos son habitados líquidamente.