Tras el vaho

(Elizabet Opalenik)


Entre sombras y reflejos te aproximas. Apenas nos separa un vaho, que se dispersa paulatinamente. Emerges y tu calor va rodeándome. Me cercas. Adivino la geometría de tu cuerpo. Intuyo la propuesta de tus ilusiones. Tienes curiosidad por averiguar lo que llevo incorporado desde mis primeras risas. En mi, la expectación de saberte. Calculo la distancia del deseo. Alargo entonces los brazos hacia un horizonte que sólo lo pueblas tú. Desplazamiento calmo. Contienes la palabra. Paralizas el pasado. Te fijas atenta en mi. Pero todo se conduce como el curso de un río. Yo estoy en la otra orilla y soy lo que tú quieres que sea. Dispuesto a atravesarlo, corriente arriba o corriente abajo. Llamado a navegarlo. Inevitable metamorfosis en su composición y en su recorrido. La sustancia que nos llama está arraigada en los dos. Se nutre mutuamente y no lo sabíamos. Soy tu linfa, dispuesto a reconstruir las aguas más profundas.