Inmersión

(Elizabeth Opalenik)


Tal vez debería decirte que mientras tu cuerpo se desliza entre las aguas, yo también te circundo allá adentro. No parece que me vieses, ni que me sintieras, ni que sospechases de mi presencia. En cada zambullida tuya la masa de agua se desplaza más allá de tu propio volumen. Hay otro cuerpo, el mío. Ni nada ni se hunde. Permanece flotante desde el pico de las olas. Desde ellas extiende su mirada para gozar del arco que tensas amable en tu inmersión. Y sin embargo, algo me dice que tu acrobacia está dispuesta para hacérmelo saber. Que tu prueba es la que pones ante mis ojos, para que me recree en ti. No te ofreces a mi simplemente para exhibirte. Tu danza acuática es una invitación a la posesión.Yo te observo, me dejo salpicar por tus brazadas salinas. Fluctuas y me tientas. No puedo permanecer inerte. Entonces, desciendo. Tus cabellos se enredan entre mis cabellos. Tu boca me da a probar la espuma. Tus brazos se entrelazan con los míos. Mis piernas se enroscan con los muslos que me agitan.Yo soy la saliva marina que se aproxima primero con suavidad hacia tu cuerpo. Luego el oleaje que te arremete hasta abrir y cerrar cada una de tus cavidades de misterio. Por último, la descarga de arena y sal que te horada hasta sacarte de ti misma. Siénteme en la inmersión de cada instante.