Las manos


Acude a tu llamada, se deja sujetar por tus manos, siente cómo le rodeas, nota cómo le palpas, gusta de cómo le tomas, se entrega a la caricia, percibe tu cálido aliento, mira tu mirada, escucha tu sonrisa, y de tu cuerpo emana un aroma que le envenena, un perfume que se disuelve en su sangre, y hablas poco para que él te comprenda mejor, para que él se deje llevar por tu vuelo, tú que haces que gire y revolotee cada vez más próximo, cada vez más abierto, cada vez más concedido, cada vez más nuevo...