Oleaje

(Duane Reed)



Siento sobre mi torso las ondas de la noche, las siento abrasadoras, trazando navegaciones, dejándome en la costa del silencio, cuando las palabras han cesado, cuando sus gemidos se han agotado, cuando su fuerza ha dejado de remover mis entrañas, cuando su ternura se ha dormido sobre mi hombro, cuando nuestras manos han parado de contarse los dedos, cuando mis muslos se han enfriado tras el seísmo inesperado, cuando mis ojos se hieren con el sudor de sus lágrimas, siento la traza de esos surcos invisibles recorriéndome implacables, haciendo germinar sensaciones que mi cuerpo no había detectado antes, procurando pequeños incendios que no logro desalojar de mis extremidades ni de mis ingles ni de mis pezones ni de mi boca ni de mi pensamiento desasosegado, reteniendo imágenes del reciente encuentro que me pide el siguiente, asaeteada por este juego de luces que mantiene el oleaje, orilla donde él bebe, donde él sacia, donde él descubre, donde yo me cedo a su postrada entrega.