Alcance



No estás, pero me dejo. Me abandono. Cuanto menos te muestras, más me muestro yo. No habrá espacio suficiente en la estancia por donde no me arrastre. Lo hago para sentirme. Para que los elementos me posean. Y que las paredes me apretujen. Y que el suelo me acaricie. Y que el aire concentrado y denso se meta dentro de mi. No faltará mi danza desenfrenada. En la carencia de mi amado, bailaré por él. Seré él y seré yo. En cada giro habrá un desdoblamiento que yo sola sabré distinguir. Pasaré de la demora a la vorágine. De la palpación de los límites a la disolución. Besaré cada palmo de cal como si fuera el aliento de mi amado. Me frotaré contra cualquier objeto como si me restregara contra su cuerpo. Gemiré al vacío como si sollozara en tus oídos, amor mío. No estás, pero jamás estuviste tan profundamente. Sé que tú, allá donde moras, también te abandonas esta noche a mi. No es una coincidencia ni un acuerdo. Me alcanzas. Es el vínculo. O tú eres yo.