Compenetración

(Kirill Kirillov)


Debes saber de mi propia voz que ternura y obscenidad van juntas en mi. Que no ejercito la expresión, desenfrenada a veces, de mi deseo sin que medie amor. Que no pronuncio palabras contundentes sin que las vincule a mis sentimientos. Que no propongo fantasías sin que sienta la entrega de mi ser y sin que perciba la recepción del tuyo. No es un paso de cebra lo mío, ni una visita venal a una casa, ni un asalto pasajero en cualquier parte. Doto a mi verbo íntimo y sincero de la palabra accesoria que profundice el encuentro, que lo hienda, que lo prolongue. La palabra es para mi un elemento físico crucial. Como tocarte, como deslizarme por tu cuerpo, como absorber tu boca. Y las palabras se alternan. La quitaesencia de mi está en cada gesto, en cada movimiento, en cada sonido, en cada silencio. Me despojo y a la vez me apodero de lo vulgar para dotarlo de mi calor. Tras la representación libidinosa que nos eleva hasta las cotas más altas del placer, permanecen los que se aman.